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Así se debilita tu suelo pélvico

13.06.2024


El suelo pélvico es el conjunto de músculos y ligamentos que sostienen los órganos pélvicos y aseguran su óptimo funcionamiento.

Aunque el suelo pélvico tiene haces musculares, está formado en su mayoría por una gran densidad de tejido conectivo o conjuntivo, gracias al cual, las vísceras se mantienen en su posición óptima y la continencia es viable.

Conocer las causas que debilitan tu suelo pélvico, puede ayudarte a prevenir problemas como la incontinencia urinaria, los prolapsos de vísceras pélvicas, el dolor pélvico o la disfunción sexual.
 

Las principales causas que pueden debilitar el suelo pélvico son las siguientes:

El embarazo

El embarazo y el parto vaginal, que someten al suelo pélvico a un aumento de peso y un estiramiento importantes, son dos de las causas que debilitan tu suelo pélvico.

Durante el embarazo, las mujeres tienden a aumentar de peso, no solo el peso del bebé, sino también el peso de la placenta, el aumento del volumen sanguíneo y el agrandamiento del útero. Este peso extra aumenta la tensión sobre los músculos del suelo pélvico, lo que puede aumentar el riesgo de incontinencia urinaria.

Además, las hormonas liberadas durante el embarazo, la progesterona y la relaxina concretamente, relajan los tejidos ligamentosos y las fibras musculares lisas (viscerales). esto también provoca un estiramiento y una relajación de los músculos del suelo pélvico.

Durante el embarazo, el suelo pélvico debe sostener el peso del bebé que crece progresivamente, por lo que va a comprometer la estabilidad del suelo pélvico, quien está sujetando al bebé y al útero inferiormente.

Si estás embarazada, es interesante que te pongas en manos de una fisioterapeuta especialista en suelo pélvico quien valorará tu suelo pélvico y te dará los ejercicios adecuados para que no tengas problemas y puedas disfrutar plenamente de tu gestación.

El parto

El parto vaginal es otra habitual causa que debilita el suelo pélvico, importante factor de riesgo en las mujeres para desarrollar disfunciones del suelo pélvico. Cuando estas estructuras se estiran durante el parto, pueden dañarse. Sin embargo, el propio embarazo también es un factor de riesgo debido al aumento de presión en esta zona, por lo que una cesárea no sería 100% protectora.

De hecho, al contrario de lo que podrías pensar, la cesárea electiva nunca es mejor método para evitar debilidad de suelo pélvico o incontinencia . Las mujeres con cesárea también son susceptibles de padecer problemas de suelo pélvico a medio y largo plazo después del parto.

Así que, tanto si has tenido un parto vaginal como por cesárea, consúltanos sobre tu caso y síntomas para realizar una valoración de fisioterapia de suelo pélvico, tu gran aliada para recuperarte en el posparto.

La menopausia

La menopausia es un factor de riesgo significativo para la debilidad del suelo pélvico debido a los cambios hormonales que se producen en el cuerpo de la mujer durante esta etapa. Durante la menopausia, los niveles de estrógenos y andrógenos disminuyen considerablemente, siendo hormonas que desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la salud y la integridad de los tejidos del suelo pélvico.

Su disminución puede conducir a varios problemas, entre ellos mayor tendencia al debilitamiento de los músculos del suelo pélvico, que pueden perder tono y fuerza.

El descenso hormonal puede inducir al adelgazamiento de las paredes vaginales y un incremento en la sequedad de los tejidos urogenitales. Esto puede contribuir a la disfunción urinaria y a la incomodidad durante las relaciones sexuales.

La reducción de estrógenos puede afectar también a la función neuromuscular del suelo pélvico, incrementando el riesgo de disfunciones, y puede impulsar cambios en el tejido conjuntivo secundarios a la menopausia, los cuales se han relacionado con la mayor predisposición a la incontinencia, las infecciones de orina y al prolapso genital.

Si estás en perimenopausia o ya no tienes la menstruación, no dudes en venir a vernos. Contamos con técnicas manuales y tecnología avanzada como la radiofrecuencia, para ayudarte a recuperar tu bienestar íntimo.

Estreñimiento crónico

El estreñimiento crónico es una de las principales causas que debilitan el suelo pélvico debido a la presión repetitiva y excesiva que se ejerce sobre los músculos y tejidos de esta área durante los esfuerzos para defecar. Existen varios mecanismos por los cuales tu suelo pélvico se va debilitando si padeces estreñimiento:

El esfuerzo repetitivo y prolongado para evacuar puede aumentar la presión intraabdominal. Esta presión se transmite al suelo pélvico, lo que puede debilitar sus músculos y tejidos con el tiempo.

La presión constante puede llevar a una fatiga muscular crónica, de manera que los músculos del suelo pélvico pueden perder tono y elasticidad, aumentando el riesgo de incontinencia y prolapso de órganos pélvicos.

Al mismo tiempo, el esfuerzo repetitivo puede afectar los nervios que inervan los músculos del suelo pélvico, llevando a una disfunción neuromuscular y disminución del control sobre estos músculos.

El estreñimiento puede mejorarse con hábitos conductuales, una dieta rica en fibra, una hidratación adecuada y fisioterapia de suelo pélvico.

Los deportes de impacto y sin una técnica adecuada

Los deportes de impacto, sin una técnica adecuada y supervisada, pueden debilitar el suelo pélvico al someterlo a hiperpresiones abdominales que no puede soportar.

La práctica de ciertos deportes, como el atletismo, la halterofilia o el aerobic, somete al suelo pélvico a fuerzas equivalentes a 3 o 4 veces el peso de tu cuerpo. Este hecho, con el tiempo y sin una técnica adecuada, puede debilitar los mecanismos de soporte y provocar síntomas de incontinencia y/o prolapso de vísceras pélvicas.

Correr, saltar, o deportes que implican movimientos bruscos y rápidos, generan una presión intraabdominal repetitiva y elevada. Esta presión se transmite al suelo pélvico, que debe soportar y gestionar estas fuerzas para mantener la continencia y sostener los órganos pélvicos. La repetición constante de impactos puede llevar a la fatiga y el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico. Con el tiempo, estos músculos pueden perder tono y fuerza, aumentando el riesgo de pérdidas de orina.

El impacto repetitivo puede causar microtraumatismos en el tejido conectivo del suelo pélvico. Con el tiempo, esto puede llevar a una disminución de la elasticidad y resistencia de estos tejidos, comprometiendo la función del suelo pélvico.

Así mismo, el impacto repetido puede afectar la función neuromuscular del suelo pélvico, alterando la capacidad de los músculos para contraerse y relajarse adecuadamente. Esto puede resultar en una disfunción del suelo pélvico, afectando tanto la continencia como el soporte de los órganos pélvicos.

Si eres una mujer deportista, es importante que valores tu suelo pélvico para detectar disfunciones antes de que aparezcan síntomas pélvicos. En nuestra clínica realizamos siempre una valoración ecográfica para ver in situ cómo está funcionando tu musculatura y detectar alteraciones para corregirlas.

La obesidad y el sobrepeso

La acumulación de grasa abdominal en personas obesas incrementa la presión intraabdominal de manera constante. Esta presión adicional se transmite al suelo pélvico, lo que puede llevar a un debilitamiento progresivo de los músculos y tejidos que lo componen.

Además, la obesidad está asociada con un estado inflamatorio crónico debido a la liberación de citocinas proinflamatorias desde el tejido adiposo. Esta inflamación puede afectar negativamente la salud del tejido conectivo y muscular del suelo pélvico, contribuyendo a su debilitamiento.

La obesidad también puede alterar la función neuromuscular del suelo pélvico. El exceso de grasa puede interferir con las señales nerviosas y la coordinación muscular, lo que puede resultar en una disminución de la capacidad de los músculos para contraerse y relajarse adecuadamente.

Enfermedades respiratorias, tos crónica y también tabaquismo

Las enfermedades respiratorias crónicas a menudo se asocian con tos persistente y severa. La tos crónica aumenta la presión intraabdominal de manera repetitiva y sostenida, lo que puede debilitar los músculos y tejidos del suelo pélvico con el tiempo. Cada episodio de tos actúa como un "microtrauma" que estresa los músculos del suelo pélvico.

Las personas fumadoras habituales también entran en este grupo de riesgo, ya que el tabaco provoca alteraciones cardiorrespiratorias y tos persistente.

Similar a la tos, las dificultades respiratorias pueden llevar a un aumento constante de la presión intraabdominal. Este aumento de presión se transmite al suelo pélvico, ejerciendo una fuerza extra sobre sus estructuras de soporte. El esfuerzo adicional requerido para respirar en presencia de enfermedades respiratorias crónicas puede llevar a la fatiga de los músculos abdominales y del diafragma. Esta fatiga puede afectar indirectamente el suelo pélvico, ya que el diafragma y los músculos del suelo pélvico trabajan en coordinación para mantener la estabilidad y la presión dentro del abdomen.

Además, las enfermedades respiratorias crónicas pueden asociarse con un estado inflamatorio sistémico. La inflamación crónica, igual que ocurre con la obesidad, puede afectar negativamente los tejidos conectivos y musculares, contribuyendo a un mayor riesgo para tu suelo pélvico.

Una valoración adecuada de tu diafragma torácico es esencial dentro de un programa de fisioterapia de suelo pélvico para tratar y prevenir problemas relacionados.

Cirugía ginecológica y tratamientos que afectan directamente a la pelvis, como la radioterapia o la quimioterapia

Las cirugías pélvicas son un factor de riesgo para el suelo pélvico debido a los cambios estructurales y funcionales que pueden ocurrir como resultado de estos procedimientos. Estas cirugías pueden debilitar o dañar los músculos, nervios y tejidos conectivos del suelo pélvico, afectando su capacidad para sostener los órganos pélvicos y mantener la continencia.

Durante las cirugías pélvicas, como histerectomías, reparaciones de prolapsos u otras intervenciones ginecológicas, se pueden lesionar las estructuras musculares y conectivas del suelo pélvico. Esto puede comprometer la integridad estructural del suelo pélvico y su capacidad para funcionar correctamente.

Las cirugías pélvicas también pueden dañar los nervios que inervan los músculos del suelo pélvico. El daño nervioso puede resultar en una disminución de la sensibilidad y el control muscular, lo que puede llevar a incontinencia urinaria, incontinencia fecal y otras disfunciones del suelo pélvico después de la cirugía.

Aunque la seguridad en estos procesos quirúrgicos es obvia, algunas cirugías pélvicas pueden alterar irremediablemente la anatomía normal de la pelvis. Por ejemplo, la eliminación del útero (histerectomía) puede cambiar la posición y el soporte de otros órganos pélvicos, aumentando el riesgo de prolapso de órganos pélvicos.

Otro tema a tener en cuenta es que la cirugía puede llevar a la formación de cicatrices y adhesiones dentro de la pelvis. Estas cicatrices pueden limitar la movilidad de los tejidos y órganos, y afectar la función del suelo pélvico, causando dolor y disfunción.

Si estás en espera para realizarte una cirugía abdominopélvica o ya has pasado por algún proceso quirúrgico similar, es importante la fisioterapia de suelo pélvico. 

Lo ideal es antes a la operación, pero si no es tu caso, también podemos ayudarte posteriormente a la intervención médica.

¡Consúltame para cualquier duda!


Laura Pastor. Directora de Evexia Salut. Fisioterapeuta especialista en reeducación uroginecológica y salud sexual humana. Psiconeuroinmunóloga clínica. Docencia y divulgación.