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Cinco suplementos que ayudan a tu suelo pélvico

06.08.2025

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y tejidos que sostienen órganos como la vejiga, el útero y el recto. Su correcto funcionamiento es clave para la continencia urinaria y fecal, la estabilidad postural, la función sexual y el parto. Si bien el entrenamiento muscular del suelo pélvico sigue siendo la estrategia principal para prevenir y tratar su disfunción, crece el interés por el papel de la suplementación nutricional como apoyo. Pero, ¿qué dice la ciencia hasta ahora?

Ciertos micronutrientes pueden apoyar indirectamente la salud del suelo pélvico, especialmente al influir en el tono muscular, el colágeno, la inflamación y la salud nerviosa.

Aquí tienes 5 suplementos que pueden beneficiar la función y fortaleza del suelo pélvico


1. Colágeno hidrolizado y magnesio

El colágeno es una proteína estructural clave del tejido conectivo. Mejora la elasticidad y fuerza del tejido fasciala . 

Actualmente, la evidencia sobre el colágeno para el suelo pélvico es prometedora pero aún limitada. Un ensayo piloto (Nobile et al., 2025) evaluó la combinación de colágeno y magnesio junto con entrenamiento de suelo pélvico en mujeres con incontinencia urinaria, observando una mejora del 64% en los síntomas frente al 10% en el grupo placebo. 

En base a estos resultados preliminares, se observan beneficios claros al combinar colágeno y magnesio con ejercicios, especialmente para incontinencia urinaria. Eso sí, aun se necesitan más estudios clínicos robustos para establecer su efectividad como tratamiento independiente o coadyuvante.

Dosis sugerida: 5–10 g/día de colágeno hidrolizado.

Por otro lado, el magnesio es esencial para la relajación muscular y la regulación neuromuscular. Podría ser útil en casos de hipertonía del suelo pélvico.

Aunque aún no hay ensayos que evalúen exclusivamente al magnesio como suplemento único para el suelo pélvico, el estudio de 2025 sugiere que su combinación con colágeno y ejercicio mejora la incontinencia urinaria y la calidad de vida. Su perfil fisiológico justifica su uso como coadyuvante en planes de rehabilitación pélvica, especialmente en mujeres con disfunción muscular o nerviosa.

Puede ser útil en:

  • Vejiga hiperactiva: ayuda a relajar el músculo detrusor.

  • Espasmos musculares pélvicos: contribuye al control neuromuscular.

  • Mejorar la sinergia entre abdominales y musculatura pélvica.

Dosis sugerida: 200–400 mg/día (preferentemente citrato o glicinato).

2. Vitamina D

La vitamina D modula la fuerza muscular y la función neuromuscular. El receptor de vitamina D (VDR) se encuentra en el músculo esquelético, incluyendo potencialmente en fibras del suelo pélvico.

Estimula la síntesis de proteínas musculares, mejorando el rendimiento y la fuerza. También modula el calcio intracelular, necesario para la contracción muscular adecuada.

Estudios observacionales han encontrado que mujeres con niveles bajos de 25(OH)D presentan mayor incidencia de debilidad muscular y caídas, lo que podría extenderse al suelo pélvico, aunque aún no ha sido estudiado con detalle en ensayos clínicos pélvicos.

Sí se ha asociado la deficiencia de 25(OH)D (<30 ng/mL) con mayor riesgo de incontinencia urinaria. Aunque nuevamente faltan ensayos dirigidos al suelo pélvico, su suplementación puede optimizar la respuesta al ejercicio.

La deficiencia de vitamina D podría limitar la respuesta adaptativa al ejercicio debido a:

  • Menor síntesis proteica

  • Disminución de fuerza neuromuscular

  • Mayor fatiga muscular

Esto justifica optimizar los niveles de vitamina D (≥30–40 ng/mL) en mujeres que realicen fisioterapia pélvica para maximizar resultados.

Dosis sugerida: 1,000–2,000 UI/día, ajustada a niveles séricos.

3. Vitamina C

La Vitamina C es un cofactor esencial en la síntesis de colágeno, que es el componente estructural principal de ligamentos, fascia y músculo conectivo del suelo pélvico. También tiene efectos antioxidantes que favorecen la reparación tisular y reducen la degradación del colágeno por estrés oxidativo.

Los beneficios que podemos esperar son como apoyo en la reparación de tejidos conectivos postparto o tras cirugías ginecológicas, así como una potencial mejora en la elasticidad de estructuras pélvicas.

La combinación de vitamina C con colágeno hidrolizado es una estrategia común para mejorar la biodisponibilidad y estimular la síntesis endógena de colágeno, especialmente en tejidos como tendones y fascia pélvica. Aunque no hay ensayos clínicos específicos sobre vitamina C sola en disfunciones del suelo pélvico, su rol en la biosíntesis de colágeno es bioquímicamente fundamental, y su deficiencia se ha vinculado a mayor fragilidad del tejido conectivo.

Sería una buena recomendación como suplemento sinérgico con el colágeno, especialmente en mujeres en posparto o con daño del tejido conectivo.

Dosis sugerida: 500–1,000 mg/día (en adultos sanos, junto con bioflavonoides si se busca efecto sinérgico).

4. Probóticos

La evidencia actual sobre el uso de probióticos para mejorar la salud del suelo pélvico es indirecta pero prometedora, especialmente en lo que respecta a la microbiota vaginal y urinaria, que juega un rol importante en la prevención de infecciones urogenitales, un factor de riesgo bien documentado en la disfunción del suelo pélvico.

El desequilibrio de la microbiota vaginal puede favorecer infecciones urinarias recurrentes, vaginosis e inflamación crónica, aspectos que impactan negativamente sobre las estructuras del suelo pélvico. Las cepas con mejor evidencia son Lactobacillus rhamnosus GR-1 y L. reuteri RC-14:

Lactobacillus rhamnosus GR-1

  • Aislada del tracto urinario de mujeres sanas.

  • Inhibe patógenos como Escherichia coli, Candida albicans y Gardnerella vaginalis.

  • Estudios han demostrado que reduce recurrencias de vaginosis bacteriana y cistitis.

  • Estudiada en múltiples ensayos clínicos combinada con L. reuteri RC-14.

2. Lactobacillus reuteri RC-14

  • Aislada de la vagina humana.

  • Produce reuterina, un compuesto antimicrobiano natural.

  • Ayuda a restaurar flora vaginal tras infecciones o tratamientos con antibióticos.

Además, otras cepas también muestran beneficios en la salud íntima:

3. Lactobacillus crispatus CTV-05 (Lactin-V)

  • Dominante en vaginas sanas.

  • Ayuda a mantener un pH vaginal <4.5, hostil a bacterias uropatógenas.

  • Se ha mostrado prometedora en prevención de vaginosis bacteriana recurrente.

4. Lactobacillus jensenii

  • Natural de la microbiota vaginal.

  • Potencial para adherirse al epitelio vaginal y modular la inmunidad local.

5. Lactobacillus gasseri

  • Presente en microbiota vaginal, intestinal y oral.

  • Se ha vinculado a reducción de infecciones urinarias y regulación inmunitaria.

En cuanto a las formas de administración, puedes optar por:

  • Vía oral: cepas GR-1 y RC-14 han demostrado colonización vaginal tras 7–14 días.
  • Vía vaginal directa: óvulos o geles con L. crispatus pueden ser más rápidos para restaurar el equilibrio.

5. Ácidos grasos omega-3

Aunque no hay ensayos específicos, los omega-3 (EPA y DHA) tienen propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras que podrían beneficiar cuadros de dolor o problemas uroginecológicos.

Los ácidos grasos omega-3 poseen propiedades antiinflamatorias, ya que reducen citocinas como IL-6 y TNF-α. También tienen propiedades neuroprotectoras, apoyando la regeneración de nervios periféricos, relevantes en incontinencia con componente neurológico. Además, son también sustancias anabólicas porque contribuyen a la síntesis proteica y mantenimiento muscular.

El omega-3 ha demostrado beneficios musculares y en inflamación crónica (por ejemplo, en cáncer, síndrome metabólico, sarcopenia). Y, tanto en modelos animales y humanos, también se ha vinculado a mayor fuerza muscular y menor atrofia durante el envejecimiento.

En condiciones como vejiga hiperactiva, prolapso pélvico o dolor crónico pélvico, donde hay inflamación sistémica o local, el omega-3 podría modular la respuesta inflamatoria, mejorar la función muscular y reducir el dolor.

Así pues, no hay estudios clínicos directos que evalúen omega-3 para disfunción del suelo pélvico, pero su capacidad antiinflamatoria y neuroprotectora lo hace un candidato prometedor como coadyuvante. Podría ser especialmente útil en casos con dolor pélvico crónico, incontinencia postmenopáusica o recuperación postquirúrgica.

Dosis sugerida: 1–2 g/día de EPA+DHA.

Consideraciones finales para tenerlo claro

La evidencia sobre suplementos para el suelo pélvico es preliminar y no sustituye al ejercicio terapéutico

La suplementación debe ser personalizada y guiada por profesionales de salud (médico, nutricionista o fisioterapeuta especializado).

El abordaje más efectivo combina ejercicio, nutrición, fisioterapia y corrección de hábitos.

Referencias

  • Nobile, V., Nobile, P., Leone, A., & Cestone, E. (2025). Effects of a food supplement based on collagen and magnesium combined with pelvic floor muscle training on urinary incontinence in women: A randomized, placebo-controlled pilot study.
  • Robinson, D., Toozs-Hobson, P., & Cardozo, L. (2020). Vitamin D and pelvic floor disorders in women: A systematic review and meta-analysis.
  • Reid, G., Beuerman, D., Heinemann, C., & Bruce, A. W. (2001). Probiotic Lactobacillus dose required to restore and maintain a normal vaginal flora.
  • Serati, M., Braga, A., Torella, M., Salvatore, S., Athanasiou, S., & Foti, C. (2014). Efficacy of Lactobacillus rhamnosus GR-1 and L. reuteri RC-14 in preventing recurrent urinary tract infections in women: A randomized controlled trial.
  • Calder, P. C. (2020). Omega-3 fatty acids and inflammatory processes: From molecules to man.

Laura Pastor. Directora de Evexia Salut. Fisioterapeuta especialista en reeducación uroginecológica y salud sexual humana. Psiconeuroinmunóloga clínica. Docencia y divulgación.