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Conoce las disfunciones del suelo pélvico

22.02.2020

Las vías urinarias inferiores, el plano genital y el entorno anorrectal están íntimamente relacionados y próximos, por lo que la mayoría de las disfunciones del suelo pélvico no se presentan ni se tratan de manera aislada. Unas pueden dar lugar a la aparición de otras. Por ejemplo, un prolapso uterino puede provocar dispareunia, que es la disfunción sexual causante del dolor durante las relaciones sexuales. Por este motivo es importante una evaluación global del periné para conocer qué origen tiene el problema y establecer un tratamiento eficaz.

Incontinencia urinaria

¿Alguna vez has sufrido un escape de orina en un momento que no tocaba y no has podido hacer nada para evitarlo?

La OMS se define la Incontinencia Urinaria (IU) como la perdida involuntaria de orina que condiciona un problema higiénico y/o social, y que puede demostrarse objetivamente.

¿Cuando saltas o corres en el gimnasio, se te escapan unas gotitas de pipí? ¿Habitualmente sientes unas ganas imperiosas de orinar y te resulta difícil retenerte? ¿Llevas a menudo un salva slip por si se te escapan unas gotas? ¿Al estornudar o toser tienes pérdidas de orina? ¿Sabes que estos síntomas sugieren que padeces incontinencia urinaria?

En función de los síntomas, del momento y del modo en que se produce el escape de orina, hablamos de incontinencia urinaria de esfuerzo, incontinencia urinaria de urgencia y incontinencia urinaria mixta. Es importante establecer un diagnóstico correcto y realizar una valoración del suelo pélvico, la faja abdominal y la postura. El historial de embarazos, los tipos de parto, los esfuerzos realizados en la vida cotidiana, la herencia genética, el estado hormonal de la mujer o su edad son sólo algunos de los datos más importantes que ayudan al fisioterapeuta a establecer el abordaje de una incontinencia urinaria. 

Entre las técnicas que se utilizan para tratar la incontnencia urinaria encontramos la terapia manual, la electroestimulación, el biofeedback, las técnicas de concienciación corporal, la gimnasia abdominal hipopresiva o las pautas higiénico-dietéticas.

Incontinencia anorectal

La incontinencia anal es la pérdida parcial o total de la capacidad para controlar voluntariamente la expulsión de gases o materia fecal.

Si reconocer que se sufre de incontinencia urinaria ya está cargado de tabúes, y hay muchas personas que retrasan consultar con un epecialista por vergüenza, mucho peor es sufir una incontinencia anal. Quien la padece también experimenta un deterioro de la autoestima y mucho miedo a tener un escape en una situación social inadecuada, lo cual generará muchas veces un aislamiento social. La imposibilidad de detener un gas en el trabajo o en el gimnasio, o el escape de caca cuando sales corriendo hacia la parada del autobús ... son situaciones cotidianas donde se da lugar ésta pérdida involuntaria.

En función de cómo y cuando se produce ésta perdida involuntaria, la incontinencia anal se clasifica en: incontinencia de urgencia, incontinencia de gases, incontinencia pasiva, incontinencia anal y rectal, e incontinencia doble.

Acudir a un especialista y establecer un buen diagnóstico es crucial para abordar el problema ya que existen numerosos tratamientos. 

Una gran parte de las incontinencias anales son secundarias a un suelo pélvico débil, que puede tratarse con fisioterapia y técnicas de ejercicios, electroestimulación, biofeedback y hábitos conductuales.

Prolapso de vísceras pélvicas

¿Notas una pesadez en el periné cuando te sientas o en determinados momentos de tu ciclo menstrual? ¿Tienes dolor durante las relaciones sexuales? Durante tu higiene íntima, ¿has notado, tocado o visto "algo" a nivel perineal que antes no estaba ahí?

Un prolapso es una víscera que ha descendido respecto a su posición anatómica original, ocupando un espacio que no le pertenece. Los síntomas habituales son sensación de peso en la parte baja de la pelvis y sensación de hinchazón perineal (sobre todo al final del día o al coincidir con la menstruación), dolor durante las relaciones sexuales, incomodidad al estar sentada, dolor profundo en determinadas posturas, incontinencia urinaria o fecal...

En función del órgano que haya descendido, podemos hablar entre los más habituales de cistoceles y uretoceles (descenso de la vejiga y la uretra), prolapsos uterinos (histeroceles) y rectoceles-proctoceles (descenso del recto).

En función del grado de lesión, el prolapso será una patología de abordaje fisioterapéutico. La terapia manual y las técnicas de aspiración diafragmática, la rehabilitación postural y la gimnasia abdominal hipopresiva serán muy útiles para tratar con éxito éste problema.

Tránsito intestinal: estreñimiento distal y proximal

Hablamos de estreñimiento cuando la frecuencia de las deposiciones es inferior a una vez al día, pero también cuando la defecación se acompaña de otros síntomas como dolor, heces duras, necesidad de empujar para evacuar el recto o sensación de no haber vaciado completamente. 

El estreñimiento también provoca síntomas a distancia como dolor de cabeza, falta de apetito, sensación de hinchazón abdominal, gases, fatiga, insomnio, retortijones, hemorroides o sangrado y debilitamiento del suelo pélvico. 

Un alto número de casos se soluciona con ejercicios para fortalecer y movilizar el suelo pélvico y la faja abdominal, además de realizar cambios en la dieta y cambios conductuales en el estilo de vida es importantísimo para mantener el estreñimiento a raya.

Una musculatura con un tono correcto facilita los movimientos persitálticos del intestino y genera un tensión firme y correcta para que el contenido rectal pueda evacuarse sin problemas de dolor ni hiperpresión. Las técnicas miofasciales y viscerales, el masaje para ayudar al tránsito intestinal, la gimnasia abdominal hipopresiva, adoptar una posición defecatoria eficaz y saber relajar-contraer el periné son algunas de las herramientas que se utilizan en fisioterapia para ayudarte con éste problema.

Dolor pélvico crónico

Según la SEGO (Sociedad Españolad de Ginecología y Obstetricia) las mujeres que sufren dolor pélvico crónico refieren la presencia de dolor continuo no resuelto y persistente en hemiabdomen inferior, periné, vagina, uretra, región vulvar y anal, con o sin relación con el coito, asociado o no a otros síntomas sugestivos de disfunción del suelo pélvico, y que afectan a su calidad de vida.

Si padeces habitualmente dolor en la zona abdominal inferior, entre las caderas y por debajo del ombligo, y éste dolor se prolonga durante al menos seis meses, de forma continua o intermitente, probablemente estás padeciendo síndrome de dolor pélvico crónico. Puede llegar a ser muy incapacitante y ha de ser correctamente diagnosticado por un profesional médico, aunque en muchos casos no se identificará la causa directa que origina el dolor. 

Puede deberse a una infección que ya ha remitido o a causas ginecológicas como la dismenorrea primaria, la implantación de un DIU, enfermedades pélvicas inflamatorias, adherencias pélvicas, endometriosis, congestiones pélvicas, malposiciones uterinas ...

Existen numerosas técnicas de terapia manual para aliviar síntomas y descongestionar la pelvis menor, aumentar su vascularización, relajar la muscultaura (que normalmente se encontrará en espasmo debido al dolor, generando a su vez mayor dolor), movilizar visceras, recentralas articuaciones de la pelvis y relajar la irritación de las raíces nerviosas (normalizar el sistema nervioso neurovegetatitvo)

El abordaje multidisciplinar es clave para tratar con éxito un síndrome que se aprecia padecen el 15% de las mujeres en edad reproductiva.

Dispareunia y vaginismo

¿Tienes molestias durante las relaciones sexuales? ¿Notas dolor localizado en la entrada de la vagina al inicio de la penetración? ¿Sientes dolor en la zona profunda de la vagina durante el coito? ¿Llegas al orgasmo con dificultad o experimentas dolor después de él? El dolor asociado a las relaciones sexuales no es normal.

Se estima que el dolor durante las relaciones sexuales es la tercera causa de consulta por disfunción sexual al ginecólogo.

La dispareunia es el dolor en la zona vaginal y perineal asociado a la penetración. Se manifiesta durante o después del coito. El vaginismo es un espasmo involuntario que se produce en el tercio inferior de la vagina y en la musculatura del suelo pélvico, que impiden acceder al interior de la vagina. 

Causas funcionales de dispareunia y vaginismo son las hipertonías de la musculatura del suelo pélvico o de la musculatura profunda de la cadera que pueden provocar una congestión a diferentes niveles de la vagina y el periné, dando como resultado dolor ante la mínima presión de los dedos, el pene o cualquier objeto que intente penetrar en el introito vaginal. Las cicatrices de intervenciones quirúrgicas, desgarros o episiotomías, malposiciones viscerales y ausencia de reconocimiento genital también son causas directa de dispareunia y vaginismo.

En su tratamiento van a ser muy eficaces las técnicas de autoexploración y propiocepción. Si las estructuras pelvi-perineales están tensas, utilizaremos técnicas para reajarlas como el masaje perineal, estiramientos, técnicas miofasciales y posturales, y en caso de haber cicatrices de antiguos traumatismos, se tratará el tejido fibrosado con masaje perineal, radiofrecuencia, dilatadores y terapia manual.

Anorgasmia

¿Después del embarazo tus sensaciones son placenteras o la sensibilidad de tus genitales es más bien baja o incluso ausente? ¿Desde la menopausia los orgasmos son más difíciles de alcanzar o son menos intensos?

La anorgasmia es la dificultad para llegar al orgasmo, tener una baja percepción de él o incluso ausencia en las relaciones sexuales.

Una vez descartadas causas orgánicas y emocionales, éstos síntomas son habitualmente tratados con fisioterapia. En muchos casos la anorgasmia está causada por la hipotonía en el suelo pélvico y la falta de propiocepción (la percepción y conocimiento que tú tienes sobre tu propio cuerpo). Para vencer la anorgasmia son muy eficaces las técnicas de autoexploración, propiocepción y el masaje psicosensorial. Si las estructuras pelvi-perineales están débiles las fortaleceremos con ejercicios de kegel, hipopresivos, biofeedback, electroestimulación, técnicas posturales y dispositivos domiciliarios.


Laura Pastor. Fisioterapeuta especialista en reeducación uroginecológica. Fisiosexóloga. Psiconeuroinmunóloga clínica.