Dilatadores vaginales: guía para un uso consciente y amable contigo misma
Los dilatadores vaginales son dispositivos médicos con forma cilíndrica o cónica que se introducen suavemente en la vagina con fines terapéuticos. A diferencia de juguetes sexuales, su propósito principal no es el placer, sino ayudar a rehabilitar el tejido vaginal en ciertas condiciones médicas. Sin embargo, ambos mundos pueden encontrarse: el autoconocimiento y el empoderamiento sexual son una parte fundamental de la salud pélvica.
Pueden serte útiles si...
Padeces vaginismo o dolor en las relaciones sexuales con penetración (dispareunia).
Has pasado por radioterapia pélvica (por ejemplo, por cáncer de cuello uterino o rectal)
Te han diagnosticado síndrome genitourinario, por menopausia o por otras causas de descenso estrogénico.
Tienes dolor pélvico crónico.
Tienes riesgo de estenosis vaginal (estrechamiento) por cirugía, medicaciones específicas o patologías como el liquen escleroso vulvar.
Eres una mujer trans y te han realizado una vaginoplastia.
Estos dispositivos permiten elastificar los tejidos vulvovaginales, al mismo tiempo que mejoran la tolerancia al estiramiento y la sensibilidad. Es una herramienta para "reentrenar" el cuerpo y el sistema nervioso, de manera que la sensación de estiramiento que se da durante el coito o durante una exploración ginecológica, no curse con dolor. Es un trabajo de consciencia corporal, no solo físico.

Materiales: ¿cuál elegir?
Elegir el material correcto es clave para una experiencia cómoda y segura. Habitualmente encontrarás dilatadores de tres tipos de materiales:
Silicona médica
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Textura: suave, flexible
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Hipoalergénica y no porosa
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Puede usarse con lubricantes a base de agua
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Ideal para principiantes y personas con sensibilidad
💡 Ideal para quienes comienzan terapia de desensibilización o buscan algo con sensación más natural.
Vidrio templado (borosilicato)
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Textura: muy firme, ultrasuave
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Se puede calentar o enfriar para estimulación sensorial
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No poroso y muy fácil de esterilizar
💡 Ideal si deseas mayor precisión, firmeza o quieres experimentar con sensaciones térmicas.
Plástico ABS
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Textura: firme, superficie lisa
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Más económico y liviano
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Puede deteriorarse con el tiempo
💡 Buena opción de inicio si tienes presupuesto limitado o estás probando por primera vez.
Tamaños y cómo avanzar
Los dilatadores vienen en sets progresivos, con diámetros que aumentan gradualmente en cuanto a diámetro y longitud. No hay un ritmo único para avanzar. Lo importante es que cada paso no cause dolor. Si lo hay, se vuelve a un tamaño anterior y se trabaja más tiempo con él.
El uso consciente de dilatadores vaginales no solo es una herramienta clínica, sino también una vía de reapropiación del cuerpo. En el contexto de dolor, cirugía o trauma, permiten desensibilizar, rehabilitar y reconectar con el placer desde la autonomía y la ternura. La progresión debe ser individual, respetuosa y, si se desea, erótica. La ciencia lo respalda, pero el cuerpo lo guía.
El cuerpo necesita confianza, no prisa.
Enfócate en la desensibilización, no la "dilatación"
La mayoría de las personas creen que el objetivo es "abrir" o "ensanchar" la vagina. Esto es un mito. El verdadero enfoque terapéutico es:
✅ Reducir la hipersensibilidad del sistema nervioso periférico y central
Esto se llama desensibilización progresiva. Con repetidas experiencias neutras o placenteras, el cerebro deja de interpretar la penetración como una amenaza.
✅ Reacondicionar el tejido y musculatura vaginal
En especial tras inactividad, cicatrices, radioterapia, o menopausia, donde puede haber pérdida de elasticidad o lubricación.
Aplicación progresiva: protocolo práctico
Este es un protocolo basado en fisioterapia de suelo pélvico y experiencias clínicas:
📆 Fase 1: Familiarización y confianza
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Lubricante a base de agua
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Uso en posición cómoda (acostada con rodillas flexionadas)
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Respiración diafragmática y relajación del abdomen
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Introducir el dilatador más pequeño solo unos centímetros
⏱ Tiempo: 5–10 minutos, 3–4 veces por semana
📆 Fase 2: Tolerancia sin dolor
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Progresar hasta introducir el dilatador completo
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Mantenerlo sin molestias
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Comenzar a moverlo levemente hacia adentro y afuera
📆 Fase 3: Avance gradual
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Aumentar al siguiente tamaño solo si el anterior se tolera bien durante al menos 3 sesiones sin dolor
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Puede integrarse con posturas que simulen posiciones sexuales (acostada de lado, en cuclillas)
El objetivo no es llegar al tamaño más grande, sino al que te permita vivir con libertad y sin miedo al contacto físico.
¿Cómo integrar el uso erótico?
Transformar el uso clínico en una experiencia placentera y consciente puede cambiar radicalmente la vivencia corporal.
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Asocia el momento con placer: música sensual, aromas, iluminación tenue.
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Incluye estimulación externa: el clítoris, periné o pechos pueden ser acariciados durante el uso.
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Usa lubricantes sensoriales: con calor o frescura.
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Dale permiso al cuerpo de sentir placer: incluso si la finalidad es médica.
Erotizar no es trivializar. Es darle poder a tu cuerpo para reconectar con el deseo.
🧼 Limpieza: paso esencial para la salud
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Lavar antes y después de cada uso con agua tibia y jabón neutro
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Desinfectar semanalmente (con alcohol isopropílico o esterilizador específico)
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Secar al aire y guardar en una funda de tela o bolsa limpia
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Nunca compartir dilatadores, incluso si se lavan
🚫 Evitar lubricantes de silicona en dilatadores de silicona, ya que pueden dañarlos.
¿Qué ejercicios de suelo pélvico acompañan el uso de dilatadores?
El trabajo con dilatadores vaginales puede potenciarse notablemente con ejercicios específicos de relajación y control neuromuscular del suelo pélvico, especialmente cuando hay dolor.
Ejercicios recomendados:
1. Respiración diafragmática
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Objetivo: Relajar el abdomen y el suelo pélvico
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Técnica: Acuéstate con las manos sobre el abdomen. Inhala por la nariz, expandiendo el abdomen. Exhala lentamente por la boca. Siente cómo el periné se relaja con cada exhalación.
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⏱ Hacer durante 5–10 minutos antes y durante el uso del dilatador.
2. Relajación del suelo pélvico (no Kegels)
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Posición: acostada, con piernas dobladas o en postura de mariposa
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Imagina que el periné se "abre como una flor" al inhalar y se hunde hacia abajo al exhalar.
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Evita contraer — aquí no buscamos tonificar, sino liberar tensión.
3. Estiramientos de la pelvis
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Estiramiento del piriforme, aductores y psoas
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Postura de yoga como el "niño", "mariposa" o "paloma" son muy útiles
4. Escaneo corporal con conciencia somática
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Recorre mentalmente la zona pélvica, reconociendo sin juicio dónde hay tensión o miedo
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Puedes combinarlo con afirmaciones tipo "Mi cuerpo es seguro" o "Suelto lo que ya no necesito"
💡 Si hay una fisioterapeuta especializada en suelo pélvico disponible, la terapia guiada puede optimizar los resultados.
¿Es seguro usar dilatadores si hay dolor?
El dolor es una señal del sistema nervioso, pero no siempre indica daño. En el contexto de desensibilización, es clave aprender a escuchar el cuerpo sin entrar en pánico, pero también respetar sus límites reales.
Dolor que puede ser parte del proceso adaptativo:
Molestias leves, sensación de "presión" o "ardor suave"
Sensación de tejido "tenso" o "resistente"
Dura pocos segundos y mejora al relajar o respirar
Dolor que indica que hay que detener o retroceder:
Dolor agudo tipo pinchazo o "eléctrico"
Dolor persistente que no mejora con la respiración
Dolor que genera náuseas, sudoración, palpitaciones o ansiedad
Dolor que permanece varias horas después del uso
💡 Regla general: si el dolor aumenta tu miedo o te hace contraer más, no estás en zona segura.
A tener en cuenta:
Evitar la autoimposición: Si hay dolor agudo, retrocede. No es un examen de voluntad, es una reconexión somática.
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Empezar con tamaños pequeños y limitar el tiempo (incluso 2–3 minutos es suficiente al inicio).
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Supervisión clínica: Es recomendable trabajar con una fisioterapeuta especializada, sobre todo si hay afectación del tejido de la vagina, cicatrices o adherecnias.
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Uso de calor local previo al uso (según indicación médica)
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Lubricante con CBD o lidocaína pueden ser útiles en casos de dolor severo, pero deben ser prescritos.
🧠 Recuerda:
El objetivo no es forzar la penetración, sino calmar al sistema nervioso y devolverle seguridad al cuerpo.
"Si el cuerpo dice tal vez, es un no. Si el cuerpo dice sí suave, entonces avanzamos con ternura."
El progreso más profundo en estos procesos no se mide en centímetros, sino en confianza, seguridad y placer corporal reconquistado.
Laura Pastor. Directora de Evexia Salut. Fisioterapeuta especialista en reeducación uroginecológica y salud sexual humana. Psiconeuroinmunóloga clínica. Docencia y divulgación.