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Embarazo y suelo pélvico

04.01.2020

Tanto si estás embarazada como si has dado a luz, hay una cita que no debes eludir: la visita con tu fisioterapeuta especialista en suelo pélvico. 

El momento del nacimiento es un momento de amor pero también es un momento altamente exigente a nivel emocional y físico para la mamá. El embarazo va a ser el camino que nos va a llevar hasta el encuentro con nuestro bebé pero los cambios a los que nuestro cuerpo se somete, a veces no están exentos de secuelas. Tanto si estás embarazada como si has dado a luz, hay una cita que no debes eludir: además de las revisiones periódicas con tu ginecólogo o matrona, es importante la valoración de un fisioterapeuta especializado en obstetricia y uroginecología, quien explorará el estado de tu musculatura abdominal y perineal.

El suelo pélvico es el complejo entramado de músculos que reviste la parte inferior de la pelvis y múltiples factores afectan a su funcionalidad. Además de factores genéticos, determinadas actividades del día a día incrementan la presión dentro del abdomen y afectan negativamente al suelo pélvico debilitándolo: el sobrepeso, los deportes de impacto como correr, levantar peso, realizar ejercicios abdominales, tocar instrumentos de viento, padecer tos o alergias recurrentes, el estreñimiento, hacer esfuerzos al defecar...

El embarazo es un momento en el que hay una relajación de la musculatura abdominoperineal por varios motivos: hormonalmente hay una orden de relajación de la musculatura abdominal para albergar al bebé y también del suelo pélvico para facilitar el momento del nacimiento. El aumento de peso del útero incrementa la presión intra-abdominal y éste peso recae directamente sobre el suelo pélvico, favoreciendo su debilidad. Si a esto le añadimos un expulsivo largo, un parto instrumentalizado o una episiotomía, el suelo pélvico tiene las de perder.

Leves fugas de orina, sensación de peso vulvar, dolor durante las relaciones sexuales o dificultad para llegar al orgasmo son síntomas de alarma. 

Aunque el nacimiento culmine en cesárea, esto no es garantía de una perfecta regresión muscular perineal. La musculatura abdominal funciona en equipo con el suelo pélvico y si uno falla, arrastra al otro al fracaso. Después de una cesárea hay que valorar también la zona abdominal.

Tanto si estás embarazada como si has tenido un bebé, es importante la valoración por parte de un fisioterapeuta experto en la materia, quien examinará el estado de tu suelo pélvico y tu faja abdominal y te asesorará sobre cómo prevenir su deterioro o cómo recuperarte al cien por cien.

No te conformes. Hay síntomas que, a pesar de ser habituales, no son normales y tienen solución. Tu periné y tu abdomen tienen funciones muy importantes de continencia y sostén, demasiado importantes para dejarlos pasar.


Laura Pastor. Fisioterapeuta especialista en reeducación uroginecológica. Fisiosexóloga. Psiconeuroinmunóloga clínica.