Coregasmo: ten un orgasmo mientras haces ejercicio
¿Te imaginas estar entrenando y de repente empezar a notar un cosquilleo característico que eclosiona en oleadas de placer?
¿Te ha pasado alguna vez estar tonificando tus glúteos a base de sentadillas y tener un orgasmo durante una de las series?
¿O sentir que se desata sin remedio un orgasmo mientras trepas una cuerda o haces ejercicios abdominales?
Enhorabuena, amiga. Has tenido un coregasmo
El orgasmo puede darse en relación con eventos sexuales o no sexuales, así como por estimulación tanto genital como no genital. Se han descrito orgasmos relacionados con escenarios atípicos: con el cepillado de los dientes, la micción, la estimulación de los pies, la conducción por caminos llenos de baches, la ingestión de ciertos alimentos, el ejercicio físico y otras experiencias variadas.
Ya por los años 50, el sexólogo Albert Kinsey aventuró que el 5% de las personas había experimentado orgasmos durante el ejercicio físico o ante el incremento de la tensión muscular por un esfuerzo. En la revisión de la investigadora Debby Herbenick publicada en el 2021, se concluye que alrededor del 9% de las personas han experimentado orgasmos durante la actividad física, sin diferencia significativa del género.
Tener coregasmos de por vida parece tener una relación directa con tener también orgasmos mientras duermes, pero no se correlaciona con el orgasmo a nivel de evento durante el sexo en pareja.
En cuanto a la edad media de la primera experiencia coregásmica, en la mujer es a los 22-23 años y en los hombres a los 16-17 años.
Los estudios de Debby Herbenick saltaron a la palestra mediática hace ya algunos años. Incluso ella escribió un libro al respecto, titulando a este evento orgásmico como coregasmo o abdorgasmo.
Los ejercicios asociados al coregasmo varían considerablemente, pero a menudo son ejercicios que inducen el reclutamiento de la musculatura central del tronco. Estos incluyen ejercicios conocidos tradicionalmente como ejercicios abdominales y ejercicios de core.
También se asocian a otras actividades como trepar cuerdas, escalar, hacer yoga, columpiarse, montar en bicicleta, realizar dominadas o hacer levantamiento de pesas. Todas estas disciplinas o ejercicios involucran la musculatura central como parte del entrenamiento de fuerza o de la estabilización.
¿Por qué se produce un coregasmo?
El ejercicio pone en marcha cadenas neurobiológicas idénticas a las que se activan durante la respuesta sexual (te lo explico en el artículo Más deporte para mejor sexo), por lo que en sí misma, la actividad física puede considerarse una precursora de la excitación fisiológica y cognitiva que conduce al orgasmo.
No se ha investigado a fondo la posible tecla que desencadena un coregasmo, pero la hipótesis más extendida es que se produce gracias a la activación del suelo pélvico junto con la liberación de neurotransmisores durante el entrenamiento, muchos de los cuales se liberan también durante la excitación sexual.
Las contracciones de la musculatura abdominal y del suelo pélvico pueden provocar una estimulación erógena al aumentar la presión en múltiples áreas que rodean la pelvis y los genitales.
En el caso de los hombres, se cree que la causante de los coregasmos es la presión muscular interna que estimula la próstata.
La prensa mediática sobre el coregasmo ha identificado una gran variedad de causas que incluyen cambios hormonales, activación muscular del suelo pélvico, impulsos nerviosos y estimulación del clítoris, aunque ninguna investigación hasta la fecha ha estudiado ni establecido ninguno de estos mecanismos como los causales del coregasmo.
Casos de mujeres que me han relatado sus experiencias en mi consulta...
En consulta he atendido no pocos casos de mujeres que experimentan orgasmos durante el entrenamiento o la realización de determinados ejercicios. Y me atrevería a afirmar que hay más de un 9% de mujeres capaces de experimentar un orgasmo durante la actividad física.
El ejercicio que más habitualmente me he encontrado es el orgasmo espontáneo asociado a trepar una cuerda. En la exploración siempre acabamos encontrando sinergias muy curiosas de activación muscular entre el suelo pélvico y los músculos que participan en el ejercicio desencadenante del coregasmo.
Si alguna vez has tenido un coregasmo puede haberte parecido alucinante, sorprendente, divertido, agradable... O quizá no, porque el orgasmo aparece en una situación que para ti está descontextualizada y eso puede causarte ansiedad.
Sea como fuere, el coregasmo o abdorgasmo no es una leyenda urbana.
Tampoco tiene nada que ver con el síndrome de excitación persistente, de que te hablo en más profundidad en el artículo Fisioterapia en el trastorno de excitación persistente, que es una auténtica pesadilla para quien lo padece.
Mientras tanto, cuéntame ¿alguna experiencia coreorgásmica en tu vida?
Laura Pastor. Directora de Evexia Salut. Fisioterapeuta especialista en reeducación uroginecológica y salud sexual humana. Psiconeuroinmunóloga clínica. Docencia y divulgación.