Un microuniverso en tus bajos
Te presento a tu nueva palabra favorita: holobionte.
El cuerpo humano es un holobionte, es decir, un gran organismo a modo de huésped que alberga microbios de múltiples especies.
Tú eres una holobionte.
Es revelador, ¿cierto?
La interdependencia entre tu organismo y esos microbios se ha ido incrementado y perfeccionando progresivamente a lo largo de 500 millones de años de evolución humano-microbiana. Así que llevas eones conviviendo (sin quizá saberlo) con millones de huéspedes que se alojan en tus mucosas.
Allá donde hay una víscera, hay una comunidad de bacterias. Y esto es irremediable… ¡Por suerte! Porque gracias a esta simbiosis que hemos conseguido perfeccionar, nuestro sistema inmunitario goza de una preciada primera barrera defensiva: la microbiota.
En tus bajos vive un microuniverso
En tu vagina, tu vulva, tu útero, tu vejiga… Todas esas vísceras pélvicas tienen paredes mucosas que están recubiertas por miles de millones de bacterias.
En este artículo quiero mencionarte específicamente sobre un microbioma vaginal saludable, que está dominado por Lactobacillus, una gran familia de bacterias que producen factores antimicrobianos y antiinflamatorios.
Así se establece la primera línea de defensa contra los microorganismos no autóctonos.
Ya lo decía Vito Corleone, la familia es lo más importante.
Y Lactobacillus, hace millones de años, le hicieron a tu vagina una oferta que no pudo rechazar...
Lactobacillus son como una mafia, pero no una mafia chunga. ¡Te protegen! Tú les das un lugar calentito y húmedo donde hospedarse (tu vagina) y además les ofreces alimento a mansalva, porque Lactobacillus se nutren gracias al glicógeno de la mucosa vaginal. Es decir, ellos se alimentan del glicógeno que se desprende de las paredes de tu vagina.
La producción de glicógeno está modulada por la acción de tus estrógenos, por lo que cualquier descenso importante de esta hormona repercutirá en la comunidad de Lactobacillus.
A cambio, te dan factores protectores y antiinflamatorios que mantienen un pH ideal para la salud íntima.
Si la gran familia de Lactobacillus controla el cotarro, todo bien. Son unos bichos que te protegen de otros microbios que están a la espera de colonizar el territorio vaginal.
Como ejemplos que seguro que te suenan, en tu vagina hay residentes habituales como Candida albicans, que en determinados momentos puede intentar hacerse con el control y destronar a la familia de Lactobacillus.
Lo mismo intentan otras especies de bacterias que no son comensales vaginales, pero que de vez en cuando consiguen alcanzar tu tracto genitourinario, como es la temida Escherichia coli (causante habitual de infecciones de orina).
Entonces es cuando se lía y se desbalancea ese microbioma que te proporciona homeostasis inmunitaria.
Huéspedes amistosos: benditos Lactobacillus
La mayoría de los microbiomas vaginales están dominados por una o varias especies de Lactobacillus, que en gran abundancia son L. crispatus, L. gasseri, L. iners y L. jensenii.
En menor abundancia también cohabitan con otras como Lactobacillus fermentum, salivarius, vaginalis, plantarum, rhamnosus y casei.
Las poblaciones de bacterias pasan por muchos cambios a lo largo de tu vida. Tu microbiota vaginal no es la misma durante la niñez, que durante la pubertad, el embarazo o después de la menopausia.
Y en estudios donde se ha comparado la flora vaginal de diferentes mujeres, se han detectado varios tipos de microbiomas vaginales saludables, pero todos mantienen la misma constante: una alta predominancia de Lactobacillus.
El equilibrio en esa convivencia puede romperse por varios factores
Siempre es más fácil prevenir que curar y ante temas de microbioma íntimo, los hábitos conductuales y la exposición a determinados medicamentos o procesos terapéuticos, van a tener un impacto decisivo.
En los casos donde tu microbiota se vaya a ver irremediablemente expuesta, habrá que proponer estrategias para intentar reducir los efectos secundarios y recuperar cuanto antes el ecosistema microbiano.
Estos son los principales factores que pueden afectar negativamente a tu microbioma vaginal:
- Duchas vaginales
Las duchas vaginales son una costumbre de higiene bastante habitual en todo el mundo. Se venden previamente preparadas en envases con un aplicador para insertarlo en el interior de la vagina y rociar las paredes con el producto. Sin embargo, ya es muy amplia la evidencia que desaconseja rotundamente su aplicación ya que la vagina no necesita "ser limpiada" con productos detergentes y es un mal hábito que arrasa con el microbioma vaginal.
- Higiene excesiva con detergentes y jabones no aptos para la zona genital
El agua es suficiente para mantener una higiene íntima saludable. En caso de utilizar jabones, siempre hay que utilizar aquellos que estén formulados específicamente para la higiene genital, usarlos externamente y aplicarlos sin agresividad ni alta frecuencia. Importante también que no contengan perfumes ni alcohol.
- Tratamientos contra el cáncer
La quimioterapia, la radioterapia y los medicamentos utilizados para reducir la síntesis de los estrógenos, van a impactar irremediablemente sobre el microbioma vaginal, haciendo que el área genital sea más susceptible a infecciones y a un deterioro de los tejidos y las mucosas.
- Medicamentos que actúan sobre la síntesis hormonal
Desde el uso de anticonceptivos hormonales a otros medicamentos que inhiben o reducen la producción de estrógenos, como los inhibidores de la aromatasa o el tamoxifeno, ampliamente utilizados para el tratamiento del cáncer hormonodependiente.
- Espermicidas
Son de venta libre y se usan junto a métodos anticonceptivos como preservativos o diafragmas cervicales. Son irritantes para las paredes vaginales y afectan al microbioma de la mucosa genital en la mujer.
- Antibióticos
Es uno de los principales disruptores del microbioma por lo que siempre es aconsejable la suplementación con probióticos y alimentación prebiótica durante un tratamiento con antibiótico.
- Tabaquismo
En este artículo ya te hablé del horrible impacto que tiene el tabaco en tu vejiga y tu suelo pélvico. Es uno de los mayores y más normalizados tóxicos al que tu cuerpo puede estar expuesto, ya seas fumadora activa o pasiva. Los alcaloides del tabaco y otras sustancias nocivas, atacan agresivamente a Lactobacillus y también interfieren negativamente en el equilibrio estrogénico.
- Estrés crónico
El exceso de cortisol y de adrenalina te empuja a una gran actividad del sistema nervioso autónomo que impacta directamente en tu sistema inmunitario. Tengo un artículo más amplio donde te explico en detalle la relación entre tu estrés y la candidiasis vaginal.
Lactobacillus son la principal barrera de defensa contra patógenos en tu vagina
Las especies de Lactobacillus necesitan un ambiente anaeróbico para florecer y así ofrecerte compuestos antimicrobianos como ácido láctico, peróxido de hidrógeno, ácido acético o glicerol.
Estos productos son bactericidas y contribuyen a las defensa contra otros patógenos invasores o microorganismos oportunistas.
Muchos estudios ya han relacionado que una alteración en las poblaciones de Lactobacillus se asocia con más riesgo de padecer VPH, enfermedad inflamatoria pélvica, infecciones de transmisión sexual e infecciones de orina.
Existe la hipótesis de que un suelo pélvico con un buen tono ayuda a mantener la entrada de la vagina cerrada. Esto puede favorecer el ambiente anaeróbico, de manera que un suelo pélvico correctamente tonificado puede que contribuya a mantener un buen hábitat para tus Lactobacillus.
La ciencia no para de avanzar y se plantean nuevas perspectivas de tratamiento para la salud vulvovaginal. Según los últimos estudios realizados al respecto, parece que el trasplante de microbiota vaginal podría ser el primer tratamiento curativo restaurador de la vaginitis bacteriana, que suele estar asociada con un mayor riesgo de infecciones de transmisión sexual, cáncer del tracto reproductivo o parto prematuro.
Cuidar de tu microbioma vaginal reduce la posibilidad de infecciones y disbiosis que, en muchas ocasiones, se convierten en tediosas luchas inmunitarias.
Así que ya sabes, intenta mantener a raya a los principales factores amenazantes de tu gran "familia" vaginal.
Laura Pastor. Directora de Evexia Salut. Fisioterapeuta especialista en reeducación uroginecológica y salud sexual humana. Psiconeuroinmunóloga clínica. Docencia y divulgación.
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